01
LA HISTORIA
DETRÁS
concepción
La idea inicial de nuestra directora era un documental observacional en que la audiencia fuera presenciara cómo las manos reaccionan a diferentes materiales. Así, podríamos mostrar cómo el tacto forma una herramienta esencial para relacionarse con el mundo. Y, especialmente si se le priva de otro sentido, en este caso la vista.
La idea surge del significado etimológico de la palabra “humanos”. Ya que en latín significa “que procede de la tierra”. Y, el tacto supone junto con los otros sentidos herramientas esenciales que compartimos con otros animales. Además coincide con que la palabra contiene en sí la palabra “manos”, y la idea de centrarse en las manos como espejo de la propia persona decidimos lanzarnos a la aventura.

02
EL CAMBIO
ADELANTE
crecimiento
Pero nuestra idea evolucionó y nos llevó a lugares que nunca nos esperábamos encontrar. Poco a poco las aportaciones de los miembros de nuestro equipo moldearon nuestra concepción del documental dándole un sentido más poético-estético. Obtuvimos testimonios con mucha reflexión y encontramos un nuevo sentido al proyecto: la memoria y el recuerdo que evocan las texturas al entrar en “contacto” con la piel. Por esta razón, se transformó en una oda estética y auditiva, irónicamente, al tacto, un fenómenos al que nos gusta llamar la sinestesia del recuerdo.
Uno de los aspectos claves para conseguir aislar a los protagonistas del documental fue la cápsula. Se volvió una pausa en mitad del movimiento, que envolvía sus pensamientos y los alejaba del exterior. La cápsula se convirtió en un espacio para poder bucear libremente tanto en un la memoria como en un sentido infravalorado.

03
EL DOCUMENTAL
nacimiento
El resultado final fue un coro compuestos de diferentes voces y nacionalidades que transportaban a un lugar único. Nos hablaban de sus experiencias, recuerdos y sensaciones.
La estética del documental resultó como la buscábamos: sobria, minimalista y sencilla. Gracias a la cápsula, conseguimos transmitir la sensación de aislamiento y paz, para centrarnos en nuestro objetivo, un único sentido: el tacto. Con el escenario blanco que nos proporcionó la cápsula conseguimos destacar las propias texturas que contienen las manos, ya que la propia piel de la manos cuenta una historia en sí. Cada mano suponía un lugar diferente, un mapa que nos llevaba a los lugares más íntimos de la memoria.
En cuanto al acompañamiento, nos decantamos por el sonido del violonchelo, ya que este instrumento es conocido por ser el más parecido a la voz humana e iba perfectamente relacionado con nuestro tema. Además, la mayoría de la música utilizada no son melodías, sino afinamientos de cuerda. Elegimos que esto fuera así, porque ayudaba a romper con la perfección y toda la estética áurea que habíamos creado entorno a la cápsula.
